La España de charanga y pandereta, cerrado y sacristía, devota de Frascuelo y de María, de espíritu burlón y de alma quieta…

Antonio Machado (“El Mañana Efímero” en “Campos de Castilla”).

domingo, 21 de marzo de 2021

DOMINGO, 21 de MARZO. DÍA MUNDIAL DE LA POESÍA (WORLD POETRY DAY).

El 21 de marzo se rinde tributo a la palabra poética en todo el mundo merced a la propuesta de la Unesco realizada en el año 2001. Se celebra en el equinoccio de primavera con el propósito de consagrar la palabra esencial y la reflexión sobre nuestro tiempo. 
Este evento, que fortalece la cultura en nuestro planeta, se realiza en importantes capitales del mundo como París, Ámsterdam, Berlín y Bogotá. 
 
En Europa se intitula: “Primavera de los Poetas” y en Colombia la “Común Presencia de los Poetas”, al estar instituido por la Fundación que lleva el mismo nombre, la cual, trabaja desde hace dos décadas en la promoción del universo poético en Hispanoamérica. 
 
Con eventos multitudinarios y lecturas múltiples, se realizan actos en diversas latitudes del planeta, para celebrar este género de la literatura y esa forma de percepción de la vida.
Para unirnos a esta celebración mundial, recordamos una de las fábulas del poeta español del siglo XVIII, Tomás de Iriarte y Nieves Ravelo (Puerto de la Cruz, 1750 - Madrid, 1791). Fue junto con Félix María de Samaniego uno de los fabulistas más importantes del siglo XVIII. Sobrino del académico Juan de Iriarte, a los trece años se trasladó a Madrid para vivir con su tío, lo que le permitió adquirir una sólida educación. Sucedió a su pariente como traductor de la Secretaría de Estado y ocupó el cargo de archivero del Consejo de Guerra.
 
Su mayor popularidad se debió a las Fábulas literarias (1782), publicadas un año más tarde que las de Samaniego, donde reunió una serie de poemas satíricos y moralizantes que encierran muchas veces una burla feroz de sus coetáneos. El autor aplicó a estos apólogos los preceptos clasicistas, haciéndose eco de las ideas estéticas imperantes en su tiempo.
 
A pesar de que sus versos presentaron una mayor variedad métrica que los de Samaniego, y buscaron la máxima sencillez y claridad, las rimas resultaron un tanto forzadas y nunca alcanzaron la vivacidad de las de su rival. No obstante, el gran acierto del autor consistió en trasladar fielmente al género fabulístico las normas imperantes en su época como puede apreciarse en piezas como "El burro flautista", "La mona", "Los dos conejos" o "El caballo y la ardilla".
Hemos seleccionado una de sus fábulas más populares…
 
EL BURRO FLAUTISTA.

Esta fabulilla,
salga bien o mal,
me ha ocurrido ahora
por casualidad.
 
Cerca de unos prados
que hay en mi lugar,
pasaba un borrico
por casualidad.
 
Una flauta en ellos
halló, que un zagal
se dejó olvidada
por casualidad.
 
Acercóse a olerla
el dicho animal,
y dio un resoplido
por casualidad.
 
En la flauta el aire
se hubo de colar,
y sonó la flauta
por casualidad.
 
«¡Oh!», dijo el borrico,
«¡qué bien sé tocar!
¡y dirán que es mala
la música asnal!».
 
Sin reglas del arte,
borriquitos hay
que una vez aciertan
por casualidad.

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